Robos

A juicio por robar la cosecha de patatas al día siguiente de la muerte del agricultor

La hija del fallecido acusa a sus tías de un delito de apropiación indebida y ellas alegan que el hombre les dijo que así lo hicieran.

Cosecha patatas

Cosecha patatasAntena 3 Galicia

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Las trifulcas entre familiares por las herencias son habituales, pero si lo que se disputan son 70 toneladas de patatas, la historia gana en interés. Todo esto ocurre en Xinzo de Limia, un ayuntamiento de Ourense que se dedica, mayoritariamente, al cultivo del tubérculo. En la comarca hay más de 300 agricultores y cada año, se hacen con unos 120 millones de kilos en la zona.

Uno de esos agricultores es el fallecido. Murió de forma repentina y, poco después de su entierro, sus tres hermanas se hicieron cargo de los 70.000 kilos de patatas que tenía almacenados. Los llevaron, ayudadas de otros trabajadores del sector y vecinos, a las instalaciones de dos distribuidoras de la zona.

Habitualmente, los distribuidores son los que entregan las semillas a los agricultores y estos últimos, al terminar la cosecha, entregan parte de lo recolectado para saldar las deudas. Y eso es lo que hicieron estas tres mujeres. Hasta aquí, todo resulta razonable.

Pero la hija del difunto aparece en escena. Llevaba 11 años sin tener relación con su padre, tan siquiera fue al entierro pero, meses después de su muerte, supo que la cosecha, con la que pretendía hacerse, ya no estaba en su propiedad. Comenzaron los problemas.

Decidió acusar a sus tías de apropiación indebida y las llevó a juicio. Ellas se defendieron y contaron, también con el testimonio de algunos agricultores de la zona que sostuvieron que "las patatas ya estaban vendidas a la distribuidora antes de fallecer" el hombre. Solo había que llevarlas y es lo que ellas hicieron.

La hija entiende que sus tías no debían tomar decisiones sobre lo que era de su padre, y menos sin habérselo comunicado a ella. Pero, tras una mañana en los juzgados de Ourense, la Fiscalía no ve delito en el hecho. Las patatas están bien en las distribuidoras. No hay discusión.

La herencia, las 70 toneladas de tubérculo, estaba ya apalabrada. Y la hija tendrá que conformarse con lo que su padre dejó en el testamento que, en este caso, no pasaba por lo recolectado en la cosecha.

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