El Valencia Basket y el Armani Milán arrancaron este jueves su partido de la Euroliga con tan solo setenta personas en el pabellón y sin espectadores tras la orden de la consellería de Salut Pública de que el encuentro se jugara a puerta cerrada como medida contra la expansión del coronavirus.
Tan estricto ha sido lo de la 'puerta cerrada' que hasta la Policía llevaba guantes para que sólo entraran los indispensables a la Fonteta. La medida no ha gustado a muchos aficionados en Valencia y la restricción era tal que ni el del catering pudo entrar.
Efe asegura que en el interior del pabellón de la Fuente de San Luis había entre sesenta y setenta personas, ya que únicamente podía acceder el personal imprescindible para poner en marcha la instalación y para que se disputara el encuentro.
Pocas excepciones
Apenas hubo algunas excepciones a esa norma como ha sido el caso de los operarios de la señal de televisión, algunos jugadores lesionados o descartados por parte de ambos equipos y algunos directivos, tal y como se pudo ver en la señal del encuentro.
El Valencia Basket acató la orden de la consellería pero mostró su disgusto con la misma al entender que no iba a haber presencia de aficionados del equipo italiano, que era lo que se pretendía evitar con la medida propuesta.
