Las ambiciones de Teresa son grandes, pero los peligros que le acechan son iguales o mayores. Consigue romper la alianza entre gallegos e italianos para quedarse con una parte importante del negocio, pero el clan de los Pernás responde atentando contra ella.

Por si fuera poco, su pasado mexicano vuelve a su vida. El sobrino de Epifanio Vargas, El Ratas, mata a Dris y vuela a España acompañado de dos sicarios con una sola misión: acabar de una vez por todas con la vida de Teresa Mendoza. Pero la ayuda de Oleg y de un viejo conocido evitan que la maten. A pesar de salir airosa, Teresa no debe bajar la guardia ya que, además de la policía española, tiene a la DEA pisándole los talones.

En lo sentimental, parece encontrar en Teo el hombre que la proteja y que le vuelva hacer sentirse mujer. Sin embargo, Patty parece ponerse celosa al no ser ella, por primera vez, la protagonista.