Águeda cuenta parte de su verdadera historia a Pepa, de cómo se quedó embarazada de ella y tuvo que dársela a la partera que le atendió, a riesgo de que su padre pudiera cometer alguna tropelía contra ella. De pronto Pepa ha ganado una madre… y un hermano, pues Olmo será el primero que le dé la bienvenida a la familia.

Emilia anuncia su marcha de Puente Viejo por unos días y Alfonso se escama ante las justificaciones que ofrece… cree que en realidad se va en busca de Severiano.

Gregoria acusa a Pepa de robarle pacientes, cuando Pepa demuestre que eso no es así, la médico tratará de desacreditarle esgrimiendo que la habitación en la que pasa consulta no está a la altura de los estándares médicos. Esto supone un golpe para Pepa pues lo que dice Gregoria es cierto: no cumple los requisitos impuestos por Sanidad.

Olmo está tramando una trampa para Soledad, y Águeda que no se fía de él, ordena a un sirviente que lo tenga vigilado.

Juan se deshace del cadáver de la viuda sin entender qué ha podido pasar. Buscará a Severiano, pero sin ningún éxito, el chico a puesto pies en polvorosa. Pedro irá en busca de Juan, parece que no va a poder escurrir el bulto esta vez: Pedro viene a pedir cuentas acerca del cadáver.