María, inconsciente, arde de fiebre. Tiene pulmonía. Su vida corre peligro. Mientras, Gonzalo sigue buscando desesperado. Admite sentirse culpable por no haber hecho caso a María cuando dijo que Fernando estaba aquí. Gonzalo le pide perdón por no haberla escuchado y por no poder encontrar a la niña, pero María no le escucha, está inconsciente por la fiebre, lo hace a  modo de desahogo desesperado.

Se confirma que el derrumbamiento del establo de los Buendía fue intencionado, alguien los quiere perjudicar y se proponen encontrarlo.

Conrado cree reconocer la pitillera de Humberto, su compañero en la época de la presa y que ha muerto en Otero recientemente, en el dispensario de Lesmes, lo ha reconocido por el tacto, porque tiene las iniciales inscritas en ella. Conrado comparte sus sospechas con Aurora; puede que el médico sepa más de la muerte de Humberto y Evaristo de lo que dijo. Le pide que, en ausencia de Lesmes, busquen la pitillera, así, ambos se disponen a buscarla mientras éste está de viaje.

Lesmes ha recibido un telegrama de su “hermana” que no es otra que Jacinta. Así, se reporta a Jacinta, pero ella lo recibe con reproches y un sonoro bofetón.

Francisca recibe el rechazo de Emilia cuando ésta se ofrece a ayudarle con las reparaciones de su casa.

Francisca pide a don Anselmo que intente averiguar qué le pasa a Bernarda  para poder consolarla, pero antes de que esto ocurra, Bernarda, muy blandita, llora en brazos de la doña.

Nicolás llega por sorpresa. Supo que estaba mal y lo ha dejado todo por venir al lado de Mariana.