Sara no puede evitar sentirse culpable por el incierto destino de su amiga Jimena, de la que siguen sin recibir noticias. Juan, para reconfortarla, intenta hacerle ver que Jimena decidió de forma consciente y responsable unirse a ellos. Al marqués, por su parte, le preocupa su hijo Alejandro, que ha quedado decepcionado al ver que Elisa no va a acompañarle en su viaje a Extremadura. Pero las cosas en el cortijo empeorarán tras sufrir un robo por parte de los cuatreros al mando de Elías, que se las tendrán que ver con el Chato y Rafalín en mitad del monte.Hasta la taberna llegará un viejo conocido, Lucero de Linares.