Excepto Augusto y Lachambre, nadie sabe que Diego ha sido detenido. Elena lo busca pero no da con él y Valeria, cuando se entera de que ha desaparecido, se muestra absolutamente indiferente. Sólo al final del día Valeria se entera de que ha sido detenido y podría ser condenado a muerte; aunque trata de ocultarlo, no puede evitar que Augusto vea cómo todo su cuerpo tiembla.

Para alegría de sus colaboradoras, Valeria ha reiniciado el negocio para el cine con más fuerza que nunca.

Marcelino no puede manejar El Asturiano en solitario, necesita a Pelayo. Pero éste no aparece hasta el final del día y sólo para decir que no volverá a trabajar, que se considera jubilado a todos los efectos.

Marina, que ya se las prometía muy felices habiendo liquidado sus flecos de amor del pasado, recibe un regalo de Recaredo: todo el planteamiento de la mujer se viene abajo. Belén querría estar en su lugar y que le resucitara el marido.

Maite continúa estrechando lazos con Waldo, cosa que a Pruden no le gusta nada. Además, Pruden está con la mosca detrás de la oreja porque cree que a la muchacha no le ha venido la regla…