Laura intenta asimilar la confesión de Isabel, mientras Julián, frío y más interesado por Alberto, descuida su matrimonio. Además, Aquilino ofrece explicaciones a Laura sobre su intención de ocultar el parentesco de Isabel con los Blasco.

Benigna enfrenta a Encarna por el daño que le ha hecho a Fortunato con el beso.

Lourdes consigue ponerse en pie por sí misma, pero la felicidad por los  progresos médicos se verá empañada por la presión de su familia aristócrata.

En la pensión, Arratia gana puntos frente a Benigna, deteniendo a un proxeneta que tenía amedrantada a una de las chicas.