María Ángeles se recupera en el Hospital de La Paz del ataque con ácido que sufrió hace unos días en plena calle. Osir, su marido, quiere defenderse de los ataques que ha recibido, pues se ha especulado mucho con su implicación en la agresión. Asegura que estaban recibiendo amenazas. "Yo le enseñaba a mi mujer las pruebas de las amenazas que estaba recibiendo, pero ella no me hacía caso. Alguien había estado vigilando a mi mujer. Nos llamaban por teléfono y me decían qué ropa llevaba María Angeles en tal o cual momento. Alguien estaba obsesionado con ella".

Lo cierto es que Osir y María Ángeles estaban en un proceso de separación, que él niega "alguien nos quiere separar". Pero acaba de recibir una orden de alejamiento del juzgado. "Cuando fui al hospital, ella no quería que yo la viera la cara. Pero yo no me enamoré de su cara, me enamoré de su corazón, de su forma de ser", asegura. "Quiero saber quién ha sido. Tengo una cita con una persona para que me ayude a saber quíen ha sido. Me da igual qué dinero le tengo que pagar. Quiero vivir tranquilo y vivir con mi familia", asegura Osir.