'Anatomía de Grey': por encima del bien y del mal

En una demostración de fuerza, ABC ha decidido anunciar una renovación en masa de gran parte de sus series cuando quedan más de dos meses para los upfronts. Y aunque haya alguna renovación discutible y alguna que incomprensiblemente no se ha producido (el caso de ‘American Crime’ es flagrante), sorprende que ‘Anatomía de Grey’ sea la ficción que más alegrías le reporta en el terreno dramático.

Es evidente que la serie no se parece en nada a lo que recuerdan los fans de las primeras temporadas, pero desde la marcha de Cristina (10ª temporada) y Derek (11ª temporada), la serie se ha quedado vacía de discurso,  aunque capaz de seguir enganchando a los fans más aguerridos con historias que dan vueltas y vueltas sobre lo mismo y abusando sin disimulo de las tramas y flashbacks de temporadas pasadas. Un recurso tan repetitivo como eficaz.

Del casting original no queda casi nadie y Meredith emerge como una mera espectadora de la serie que un día la tuvo a ella como estrella absoluta. Da igual, ‘Anatomía de Grey’ se mantiene lo suficientemente fuerte como para registrar unos datos de audiencias extraordinarios, sobre todo si te tiene en cuenta su enfrentamiento a ‘The Big Bang Theory’ y sus casi 260 capítulos en emisión. A este paso es posible que pronto hablemos de su episodio número 300.

Parece que Ellen Pompeo (Meredith en la serie) no tiene prisa y que será la última en cerrar la llave del Seattle Grace Hospital (y todos sus sobrenombres posteriores). Nadie podrá negar la capacidad que tiene Shonda Rhimes para crear una ficción comercial capaz de sustentarse sobre una época dorada que queda ya muy lejana en el tiempo. Si hay una serie que vive literalmente de las rentas de su archivo histórico, esa es ‘Anatomía de Grey’.

No sabemos qué catástrofe natural podrá producirse en la próxima finale o quién morirá en la mesa de operaciones, ni tampoco qué nuevas mezclas de parejas se producirán entre los protagonistas, pero seguro que ‘Anatomía de Grey’ estará ahí para contarlo. Ya ni siquiera puede ser considerada como un guilty pleasure, sino como una serie que te esperará siempre y que parece no terminar nunca. Hasta que Meredith muera queda mucho mundo de Shonda por delante.