La historia de Ana Mendoza nos muestra la devoción que sentía por todos sus hijos y una de las aficiones que le cambió la vida fue el esgrima, accidente que supuso que llevase un parche para el resto de su vida. La época en la que nació La Princesa de Éboli obligaba a los jóvenes de familias poderosas e influyentes como la suya a casarse con los maridos que elegían sus padres.
De ese modo, Ana Mendoza quedó casada a la pronta edad de doce años con Ruy Gómez de Silva, un hombre propuesto por el rey Felipe II. La joven Ana enviudó pronto y decidió dedicarse al amor de su vida, el secretario de Felipe II, Antonio Pérez. Una historia de amor vivida en secreto hasta que les descubrió Juan de Escobedo, el secretario de don Juan de Austria, hermano del rey Felipe II.
El descubrimiento de los amantes supuso un conjunto de intrigas en la corte del rey Felipe II, desde los celos del propio monarca hasta el asesinato en extrañas circunstancias de Juan de Escobedo. Felipe II se siente traicionado por la Princesa de Éboli y ordena el encarcelamiento de Ana Mendoza junto a su fiel sirvienta, Bernardina, en los calabozos. ¿Te ha gustado la primera parte?