Francisca firma la venta de sus tierras, necesitan el dinero más que la honra. Tristán tendrá que apaciguar los ánimos, pero no podrá evitar sentir una desazón enorme al ver la brecha que se abre entre él y Pepa. Encontrará en Gregoria una confidente mientras Pepa es testigo de la relación que entre ellos se fragua. Se abren viejas heridas.
Olmo no puede evitar que le duela que Soledad se siga preocupando por Juan de esta manera, empieza a ver que tener su corazón va a ser casi imposible. Por otro lado ve en Pepa una intromisión hacia el corazón de su madre, a quien apremia para que le cuente la verdad.
Hipólito gasta a sus padres una broma en el día de los inocentes, ¡les ha tocado la lotería! Los Mirañar no se percatan de la broma y empiezan a gastar por encima de sus posibilidades.
Rosario se ve obligada a descansar o puede caer gravemente enferma. Emilia tratará de echar una mano a su nueva familia disipando de paso las dudas que Rosario pudiera sentir, y lo conseguirá. Rosario por fin verá lo enamorados que están los dos y da la bienvenida como una más a Emilia.
Otra que sufre de una salud delicada es Francisca que, además empeñada en tomarse la vida muy a pecho, sigue empeorando con sus crisis nerviosas. En parte debidas a Calvario, la monja sigue apareciéndose ante la gente del pueblo que la recibe como si fuera un ánima.Sebastián y Raimundo hacen las paces aunque no les ha gustado que haya sido Alfonso el que haya mediado entre ellos. Mientras Emilia sigue pensando en la forma más adecuada para meterle en la familia...