Emilia quiere explicaciones de Francisca

Conrado no puede soportarlo y, dejando a Aurora junto a Candela, sale buscando a Fulgencio, y se enfrenta a él con violencia y finalmente, los celadores lo reducen. Conrado y Candela son expulsados del manicomio. Conrado le jura que no parará hasta liberarla.

Francisca consigue que Bosco confiese lo que pasa y se queda francamente preocupada por lo que cuenta, le han podido engañar, aunque de momento, lo disimula para no asustar al muchacho. Amalia sale de su cuarto por primera vez y Francisca aprovecha para interrogarla sobre su pasado… consigue sacarle el nombre de su médico en Madrid a una alterada Amalia a quien no le da ninguna buena espina el tercer grado de la Doña.

Francisca entra en las catacumbas. Inés recibe una entrega de comida. Protesta a quien la tiene encerrada sin conseguir reacción alguna.

El doctor Zabaleta no ha detectado ningún problema en Quintina y ésta se ha quedado de compras. Quintina regresa y vuelve a alarmar a los Mirañar: ¡se ha comprado unos pantalones! Más tarde en la casa de comidas, la chica se encuentra con un querido viejo conocido al que reconoce por la voz. Los están felices de reencontrarse.

María deja que Tristán la consuele y le hace creer que confía en él, cuando no le oye,  Fe confiesa que a ella no le gusta. Emilia se presenta en la Casona y se enfrenta a Francisca, exigiendo ver a su hija.

Aurora, algo recupera, se entera que van a hacer con ella lo mismo que hicieron con el Rulo. Aurora exige a Fulgencio el permiso de su familia para la terapia experimental. Él se lo entrega, parece que su familia sí que lo ha firmado.

Severo recuerda la traumática separación que sufrió de niño con su hermana. Parece que Sol, su hermana, es un motivo constante de dolor para él.