El capitán Olmero sabe quién es el verdadero culpable de la violación de Eugenia: Antonio Villa. Sin embargo no puede hacer nada ya que el ingeniero tiene en su poder información para arruinar su vida, su carrera y evitar que consiga su traslado a Madrid. A cambio, el capitán posee un informe que condena a Antonio Villa que en su etapa en Filipinas, violó y asesinó a prostitutas. Ambos acuerdan, por el momento, esconder la información.
Mientras El Chato sigue mal herido y escondido en la habitación de Sara. Para conseguir que se recupere, Flor acude a casa de los Montoro en busca de ácido fénico, un medicamento necesario para cerrar la herida. Pidiéndole el favor a Martina, ésta se lo niega. Pero la criada, al escuchar la conversación, consigue un poco para que se lo lleve. Las malas noticias para los bandoleros son que la investigación va cogiendo forma y Olmero empieza a desconfiar de Sara.
Por otro lado continúan los calvarios en la familia Pérez. Esta vez el pequeño Juanito va a ser mandado a filas a Filipinas para cumplir el servicio militar durante cuatro años.
"El marqués" Juan, por si no tuviera poco con lo de El Chato, sufre el acoso de la hija del alcalde, Julieta.