Paquillo admira al Chato y no quiere estudiar. Pero el bandolero piensa que debería centrarse en los libros para no terminar como él. Mientras tanto, Olmedo intenta inútilmente cerrar la imprenta de Sara a través del nuevo gobernador.
Germán intenta solucionar el problema de la plantación de tabaco. Martina y Álvaro quieren saber que va a pasar con el apeadero de tren. El nuevo gobernador, Abel Hermida anula todos los tratos que cerró su predecesor, el corrupto Rodolfo Yagüe, no habrá apeadero en la finca.
Carmen se enfada con Germán. Pero el terrateniente recapacita y va a casa de Carmen a disculparse y terminan abrazados. Mientras Tomás es testigo de la escena.