Sara no da crédito al leer el escabroso y sorpresivo artículo que ha publicado Adolfo Castillo, en el periódico “El Rondeño”. La inglesa, indignada, acude a pedir cuentas al cínico de Adolfo, que no tiene reparos en reconocer que gracias a ese artículo su abandonada carrera como periodista parece que vuelve a remontar. De esa manera, podrá dejar sus aborrecidas telas.Pero Sara no será la única mal parada en el asunto de la publicación en el periódico, ya que la mayor parte de las fuerzas vivas del pueblo han sido salpicadas por la tinta del reportaje de Adolfo, que tacha a Arazana de ser un pueblo descontrolado y sin ley.
La noticia también llegará hasta Aníbal, que reprocha a Doña Leonor que una vez más el apellido Del Caz y el nombre de la banca Velasco vuelve a estar en boca de todo el mundo, cuando el asunto que tienen entre manos requiere de suma cautela y precaución, debiendo permanecer en absoluto secreto…Un secreto del que Olmedo ya es plenamente consciente, tras haber interceptado la carta que Sara pretendía enviar a la Comandancia a través de Morales. El capitán no dudará en acudir a ver a Doña Leonor para hacerle saber que está al corriente de sus planes.