Inés, enterada de la petición del hijo de Elsa, reacciona como Arturo había temido. Aunque el abogado intenta frenar el entusiasmo de su pupila, Inés parece decidida a convencerlo de que deben intervenir en la defensa de la mendiga.
Mauro, tras una entrevista muy tensa, hace promesa a su padre de reformarse, a la vez que maniobra discretamente para favorecer una reconciliación entre éste y su tío, ya que teme que Vicente le confiese a su padre que ha sido expulsado de la Escuela. Ingenuamente Josefina cae en la trampa y convence a Eusebio para que cenen juntos los dos matrimonios. Cuando Marcelino está convencido de que sus jugadores se negarán a saltar al campo por el problema de las camisetas viejas, se produce un milagro.