Ante las amenazas de Méndez, Augusto decide exiliarse en los EEUU pero le oculta los auténticos motivos a Valeria aunque le declara su amor. Jero, por su parte, intenta amedrentar al general que finalmente se presenta en el despacho de Augusto con dos sicarios.
Aprovechando que ha abusado en los precios de las tarifas para aprender a conducir, las mujeres presionan a don Aniceto para que ayude a Pelayo, que sigue encerrado.
Leonor se convierte en toda una dirigente de masas al concienciar al barrio en ayuda de Pelayo.
Belén respalda a Dorita y se enfrenta a Natalio quien, sin ser visto, empieza a seguir a la chica.