Cristina pone en marcha sus dotes de seducción para cazar a Ismael Blasco.
Entre los trabajadores de la droguería hay mucho temor ante la posibilidad de que Juana cierre la tienda.
El Café Reyes vuelve a abrir con una licencia provisional, y Víctor, tras las súplicas de Dorita, decide readmitir a Américo.
Bonilla, obsesionado con el atentado y con la muerte de Héctor, vivirá una terrible pesadilla.