El contrato de Locomía en el que se comprometían a mantener su sexualidad en secreto: "Estaba fuera de lugar"

Durante los años 80, Locomía arrasó en España con sus inconfundibles abanicos, pero detrás de esto, se esconde una historia de excesos, infidelidades y traiciones que hemos destapado en Y ahora Sonsoles.

Para hablar de ello, han visitado el plató Lurdes Iribar, la única mujer que formó parte del grupo, y José Luis Gil, productor y manager, que vio en ellos mucho potencial y les preguntó si podían cantar, algo a lo que inmediatamente dijeron que sí.

Posteriormente llegó Lurdes, primero haciendo todo tipo de tareas de ayuda al grupo y después como corista en los conciertos.

Tras los aplausos y los flashes, se cierne la sombra de un contrato que marcó la vida profesional y personal del grupo. En él, se comprometían a mantener su sexualidad en secreto, lo que incluía su presencia en locales de ambiente liberal.

José Luis Gil ha explicado que cuando el grupo llegó a Madrid tenían una visión profesional de vender discos por lo que no podían partir de una premisa de limitación. "No podíamos decir que era un grupo gay", ha dicho.

Además, muchos de ellos no querían que se hablara de su sexualidad, ha asegurado el mánager. Una decisión que, en aquella época, nadie cuestionó.

En Y ahora Sonsoles hemos hablado en exclusiva con Xavier Font, uno de los miembros de Locomía, que ha asegurado que era un absurdo de contrato que, aunque decían que eran normales en aquella época, él nunca vio los de otros artistas. "Todas estas reglas eran fuera de lugar", ha dicho.

En cuanto al estribillo de uno de los éxitos del grupo, el artista ha asegurado que nadie le dejó probar a grabar el estribillo que cantó el propio José Luis Gil. "Nunca sentí mía esa canción", ha afirmado. José Luis Gil ha reprochado que lo cuente ahora porque, según él, en su momento estaba encantado.

Xavier Font ha afirmado también que cuando llegó José Luis Gil sintió que le quitaron la libertad de expresión, de vestir y de desarrollarse.

Así nació Locomía

En el año 1983, Xavier Font viajó junto a su novio Manuel Arjona a Ibiza en busca de libertad en un país aún represor. Allí crearon este grupo tras conocer a Gard, un holandés que quedó fascinado por su belleza andrógina.

Ellos, junto a Luis, el hermano de Xavi, conformaban este grupo de bailarines que en 1987 triunfaba cada noche en Ku, la discoteca más grande de Europa, donde fueron contratados para animar la fiesta. De esta locura fue testigo Lourdes Iribar, amiga y estilista del grupo.

Este mismo año, la llegada de Carlos Armas lo dinamitó todo y Gerard dejó el grupo con el corazón roto. Además, Locomía cambió para siempre.

José Luis Gil, afamado productor musical de Perales y Raffaella Carrá, se fijó en el ellos en el Ku y, aunque Xavi se resistió, acabaron firmando un contrato con el que dejaron de ser un grupo solo de baile.

Los problemas entre ellos continuaron y Luis se marchó por diferencias con su hermano, dando paso a Juan Antonio. Con él grabaron su primer single y Locomía se convirtió en todo un fenómeno.