¡Vivan los 'mezclaos'!: del burgerito a la pizza de patatas fritas machacadas

Los expertos y aficionados a los combinados aberrantes siempre han tenido claro que mezclar calimocho con licor de mora o lima con cointreau era el futuro: asociaciones que solo funcionaban en sus cabezas enfermas y que han acabado siendo el patrón por el que la nueva gastronomía más inquieta está transitando. Cuando en 2013 el cronut, ese apareamiento bastardo entre croissant y donut tomó forma en Nueva York, muchos arquearon la ceja: pues no ha sido para tanto, amiguetes. El año que ahora termina ha sido pródigo en seguir ese camino de locura. Vivan los hijos del crossandoner, como diría el gran Hussain.

Pizza con patatas fritas machacadas en el borde. Dentro del universo de bordes locos de Pizza Hut (dispuesta a erradicar a esa parte del género humano que nunca se come el exterior de la pizza), las patatas fritas en forma de polvillo se ha concertido en nuestro favorito. De momento, y lamentablemente, solo está disponible en Trinidad y Tobago. Que llegue pronto, por favor.

Burgerito. En Tucson, Arizona, hay un food truck que lo está petando. Su nombre: Burgerito: el secreto de su éxito estriba en haber sabido mezclar dos de las comidas rápidas favoritas de América. Un gran filete hecho a base de ternera picada que reposa en una tortilla de trigo junto a suculentas salsas picantes. ¿Quién se resiste, verdad?

Ramen burger. Oh, sí. El seguidor con más éxito del cronut es este engendro en el que el pan de la hamburguesa queda fuera de juego y se sustituye por un amasijo de fideos ramen. Se puede encontrar en cuatro locales de Nueva York y uno en Los Ángeles y es una idea de Keizo Shimamoto que la revista Time colocó entre las 10 hamburguesas más influyentes de la historia.

Pastel de pizza. Surgido de la inquietud por avanzar en el mundo de la pizza, la cadena canadiense Boston Pizza ha lanzando un pastel que es una locura: varios pisos de mozzarella, pepperoni y demás ingredientes a gusto del consumidor en un 'mezclao' que podría acabar incluso en las bodas más locas del mundo.

Spam donut. Sí, piénsalo, es lo que estabas necesitando. Un donut relleno de una de las carnes en lata más vilipendiadas de todos los tiempos, tanto que incluso el correo no deseado se llama así por su culpa. Tiene una pinta demencial y es fruto de la mente de John Clarkson, que regenta una tienda de fish and chips en Preston, Lancashire.

Enchelloni. Una mezcla de enchilada mexicana y canelón italiano: como escuchar a Renato Carosone cantar una ranchera. En realidad, pueden ser incluso dos platos que se parecen y quizá unirlos puede haber sido, al fin y al cabo, una buena idea. Se sirve en Gusto, una ostería de Tucson. Sí, Tucson (Arizona), de nuevo. Algo pasa allí.

Gofre taco. En Taco Bell no se andan con chiquitas con esto de los 'mezclaos': quizá por ello apostaron por crear una versión en taco de un clásico desayuno atascaarterias: gofre, salchicha y huevo revuelto en una edición limitada que llegó a los restaurantes norteamericanos de la franquicia el año pasado. Si lo probaste, por favor, cuéntanos tu caso.