Con el inicio de la EvAU en Castilla-La Mancha arrancan en España los días en los que los jóvenes de todo el país se examinan en la prueba decidirá su futuro universitario.
Sin embargo, mientras los castellano-manchegos se examinan, a los catalanes y gallegos le quedan nueve días para empezar las pruebas. Cada comunidad escoge la fecha en la que se celebran sus exámenes, pero también establecen las tasas, los contenidos y los criterios de evaluación.
Esta gran disparidad ha derivado en la aparición del 'turismo académico', estudiantes que se van a otra ciudad a hacer la selectividad. Entre los motivos más relevantes se encuentran las grandes diferencias en el precio. La prueba más cara es la de Aragón con 124 euros de tasa, mientras que en el caso de Castilla-La Mancha, el precio desciende hasta los 52 euros.
Pero este no es el único motivo. Más allá de los subjetivos grados de dificultad, los propios criterios objetivos son distintos en comunidades diferentes. Por ejemplo, en Madrid te quitan 0,5 puntos por cada falta ortográfica, mientras que en Baleares se permiten hasta 13 faltas.
Ante esta situación la ministra de Educación y Formación Profesional en funciones, Isabel Celaá, se comprometió el pasado 14 de mayo a estudiar una posible prueba de acceso a la universidad única para toda España, insistiendo en la necesidad de que todos los exámenes tengan el mismo grado de dificultad. Dos días después, el presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), se manifestó a favor de la hipotética prueba única para lograr la "igualdad de oportunidades" de todos los estudiantes españoles.
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