Barcelona, San Sebastián y Madrid son las ciudades españolas en las que más caro resulta aparcar en las zonas reguladas, mientras que las más baratas son Zamora, Ceuta, Jaén, Ciudad Real, Ávila y Palencia, según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Este informe ha analizado los aparcamientos regulados en 52 ciudades de España -todas las capitales de provincia además de Cartagena, Ceuta, Gijón, Melilla y Vigo-. Salvo en Badajoz, Lugo, Melilla, Pontevedra y Santa Cruz de Tenerife, en todas las capitales de provincia está limitado el estacionamiento.
El estudio revela que existen diferentes criterios a la hora de aplicar las tarifas y el coste medio ronda los 1,50 euros por dos horas de aparcamiento. Las ciudades más baratas son Palencia (1,15 euros), Ávila y Ciudad Real (1,10 euros), Jaén (1,05 euros), Ceuta (0,95 euros) y Zamora (0,60 euros). Por contra, las más caras son Barcelona (donde puede llegar a costar 6 euros), San Sebastián (hasta 5,35 euros) y Madrid (4,70 euros).
En estos casos, la OCU denuncia que estas tarifas son muy similares al precio de esas dos horas en un aparcamiento vigilado, donde además no es necesario mover el coche transcurrido dicho tiempo. Por ello, se pregunta si están justificadas unas tarifas "tan elevadas" en ciudades como Barcelona, Bilbao, Madrid, San Sebastián y Valencia.
La OCU advierte, asimismo, de que son los residentes en las zonas de aparcamiento regulado quienes sufren mayores desigualdades. Castellón es la única ciudad donde los residentes pueden aparcar sin coste en su barrio, y en el otro extremo se encuentra Oviedo, donde la figura de residente ni siquiera está reconocida, y Córdoba, que sólo permite a los residentes aparcar más barato en su zona, pero no más tiempo que un visitante.
El método más habitual que utilizan muchas ciudades para gestionar el aparcamiento para los residentes es a través de una tarjeta anual, pero en algunas ciudades como Valencia, Zaragoza, Teruel o Lérida la tarjeta de residente debe ir acompañada de un tique que se saca cada 1, 3 ó 5 días. El estudio muestra que abonar el precio correspondiente por la tarjeta o tique no garantiza a los residentes tener una plaza disponible.
Esta organización reclama que en aquellas ciudades donde se regula el aparcamiento se reconozca la condición de residente sin un límite de tiempo y pide que no se use la regulación del aparcamiento con una intención recaudatoria "que castiga el bolsillo de los ciudadanos".