Diego azuzado por la confesión de Elena decide buscar pruebas que incriminen a Augusto en su casa de campo en compañía de Amadeo y a punto están de ser descubiertos.

Aniceto cree vivir una segunda oportunidad con su hijo tras el fallecimiento de su esposa, pero no tardará en llevarse un nuevo chasco.

Marina sigue embargada por la melancolía por mucho que Manolita y Dorita intenten lo contrario.

El nuevo cargo de Marcelino no siembra la tranquilidad entre los Asturianos mientras Alfredo no duda en  intentar convencer a Aniceto de su buena fe.