Inés vuelve al bufete y acepta trabajar para Uriarte. Aunque su objetivo es averiguar qué es lo que busca el abogado, su actitud es sumisa y humilde, cree que se precipitó cuando dijo que prefería desligarse del bufete de su padre.

Nazario sigue siendo un enigma para los vecinos del barrio aunque todos se inclinan a pensar que no es tan fiero como el retrato que Roberta hizo de él. Tras la visita de Martín el veneno de los celos ha empezado a hacer presa en Mauro.

Pedrito le pide a Dorita que sea su novia. Marcelino y Manolita encuentran la emisora en el sótano del Asturiano.