Juan Carlos tiene 19 años, y ha vivido siempre al límite. Estuvo al borde de la muerte con apenas 15 años. Su familia no pudo con él: incluso intentó pegarle a su propia madre. Robaba coches, consumía drogas, y al final tuvo que ser recluido en el "Centro Renasco de menores con medidas judiciales". Allí han estado recluidos jóvenes tristemente célebres como "El Rafita". Su vida ha cambiado notablemente y ahora es un joven "totalmente aprovechable", como reconoce públicamente el Pera.