Samantha Pendo se encontraba dormida en los brazos de su
madre cuando la policía irrumpió en su casa. Los agentes buscaban a
manifestantes implicados en las protestas contra los resultados presidenciales
del pasado martes y le golpearon a ella y a sus padres. La pequeña entró en
coma al instante y permaneció ingresada en el hospital durante tres días. Pese a los esfuerzos del personal sanitario, los médicos no pudieron salvar su vida.
Su madre, Lenzer Achieng, dice que la policía disparó gases lacrimógenos en su casa antes de forzar la puerta principal. Su muerte simboliza la represión y la ola de violencia a la que está sometida el país una semana después de las disputadas elecciones del pasado 8 de agosto.
La policía está investigando el incidente aunque ha negado cualquier responsabilidad en el asunto. Este suceso se suma a la muerte de una niña de nueve años que estaba en el balcón de su casa en el barrio marginal de Mathare en Nairobi cuando recibió una bala perdida de la policía que trataba de dispersar a los manifestantes.