Gustavo se enfrenta a su primera terapia de grupo como psicólogo y tiene por pacientes a unos adictos al sexo.
Cuando Tino descubre que entre ellos hay una atractiva y joven ninfómana, convence a Gustavo de que él también sufre de adicción al sexo para entrar en la terapia y conquistarla.
Pero Tino no esperaba que Gustavo les fuese a pillar con las manos en la masa.