Juan muere en brazos de Soledad. Rosario se despide de su hijo y lo prepara para su último viaje. Rosario ya ha amortajado a Juan. Sus hermanos se despiden. Ya pueden llevarle al Jaral.
En el velatorio de Juan, contraviniendo las órdenes de Francisca, Soledad ejerce de “viuda oficial”.
Francisca se trabaja la pena y le pide a Emilia que se quede, ahora que Rosario no está.
Enriqueta ha desaparecido y Olmo ordena al asesino que la encuentre y la mate.
Antonio y Mariana deberán posponer sus planes románticos.
En medio de tanto dolor, Raimundo trae noticias esperanzadoras respecto a la finca. Soledad vuelve a poner a disposición de su hermano todo su patrimonio.