Álvaro Montoro visita a Fernando para entregarle una documentación que, supuestamente, avala que él es el legítimo y único heredero de las propiedades de los Montoro. Pero Fernando se pone de parte de Roberto y le deniega el crédito solicitado.
Jairo, ya en libertad después de que Tobías pagara la fianza, se reencuentra con su madre y hermana. La relación con su padrastro sigue siendo complicada e Inés sufre un ataque nervioso.
Mendoza cree haber encontrado una nueva forma de conseguir dinero fácil: aprovecharse de unas mujeres que acaban de salir de un penal para obligarlas a ejercer la prostitución. Olmedo está dispuesto a hacer la vista gorda si puede sacar tajada económica.