Sara y el Chato, agobiados por los besos que se dieron, deciden mantenerlo en secreto y zanjar el asunto. 
Jairo, entre la espada y la pared, confiesa al capitán Roca que Olmedo le ha chantajeado pues él mató a su padrastro a sangre fría. El capitán se muestra comprensivo con el recluta. 
Elisa recibe las disculpas de su suegro por haber sido tan duro con ella, pero se lleva una desagradable sorpresa cuando el duque le pide romper su relación, pues su amor es imposible y no quiere sufrir.