Adela y Sofía informan a las chicas de la campaña Unisex y escuchan una cuña de radio. La ilusión abunda en todas ellas.
El Rondeño, en más de una ocasión, reconoce a Ángel que él es el responsable de que le sacaran de la novillada.
Rosa encara a Martos, que reconoce que no puede hacer más por ella. Y por otro lado, Tomás continúa recordando nuevos momentos no precisamente buenos del gulag.