La noticia de que Valeria está recluida empieza a correr hasta que llega a Diego quien, cual elefante en una cacharrería, entra en casa de Augusto exigiendo poder verla. Es la propia Valeria, en un estado apocado y un poco ida, la que le pide que se vaya.

Elena ha puesto en práctica la teoría de enfrentar a los dos gallos que cortejan el corral de Valeria para que se inmolen mutuamente y le dejen a ella el camino libre hacia su sobrina.Héctor tiene un sueño y vuelve a ver a su padre pero esta vez no le dice nada, lo que interpreta como una mala señal.Por el barrio empieza a correr el rumor de que ha habido tongo con la rifa puesto que la ganadora no es otra que Dorita. Chismorreos, retirada de saludos e incluso algún que otro “atentado” hacen que Dorita se replantee devolver todo lo ganado. Pero pese a eso, llega un telegrama anunciando la próxima vuelta de Belén.