Tras la aparición de Fortunato en el Asturiano, todo se complica y el propio Fortunato, presa de los nervios, acaba reteniendo a Pelayo en el interior del bar. En el exterior, comienza a llegar la gente y la policía.
Cristina cuenta a Ismael sus razones para retirar la denuncia de Aquilino aduciendo que no quiere ensuciar el nombre de la familia Blasco. A cambio de ese sacrificio, la joven quiere que
Ismael también de un paso adelante en su relación y se casa con ella inmediatamente.
Laura le echa en cara a su madre que el acercamiento de posturas con Cristina no sea más que una forma de apoderarse de las acciones de Ismael y dominar así Químicas Blasco.
Bonilla vuelve a verse con Lourdes y estrechan cada vez más sus lazos. Víctor sin embargo no está pasando por un buen momento y así se lo desvela a Bonilla.