Emilia entra a vivir en el piso de Adela como interna para cuidar de Sofía, mientras que ésta, ajena a la gravedad de su enfermedad, disfruta de su incipiente relación con Guillermo, a quien regala una trompeta.
Benigna y Pepa hacen una encerrona al huésped que envenenó la comida para que confiese el delito, con la ayuda de Marcelino.
Leonor y Miguel tienen una fuerte discusión por las ideas políticas de Leonor.