Laura, ya casada con Julián, vuelve a dirigir la empresa y anuncia que la droguería no se cerrará, para alegría de todos los empleados, menos de Juana, que rabia por su fracaso. Jorge se hunde al creer que ha perdido a Laura para siempre tras su boda con el abogado.

Encarna se siente culpable de la depresión de Fortunato y lo visita para pedirle perdón y aclararle que puede ofrecerle su sincera amistad.

Américo vuelve a trabajar al Café Reyes, dejando claro a Dorita que su relación será solo profesional. Dorita, que se había hecho falsas ilusiones, se consuela en brazos de Lupe.

Clara se enfrenta con Cristina por defender a Pelayo, y Cristina exige a Ismael que despida a Clara de la droguería como prueba de su amor.