METAL PESADO

¿Usar a menudo papel de aluminio para envolver bocadillos o cocinar es peligroso?

Además de para envolver bocadillos, el papel de aluminio tiene muchos otros usos, a pesar de estar fabricado con un metal pesado. Descubre ómo usarlo bien y sin correr riesgos innecesarios.

Cocinar en el microondas: ¿Es seguro?

El papel de aluminio lleva más de un siglo entre nosotros. Entre sus principales usos destaca como envoltorio de bocadillos, como remedio en forma de bolitas en la lavadora para eliminar la electricidad estática de la ropa o para afilar tijeras (¡sí, funciona!). Pero no se libra de las dudas sobre su uso o los bulos. Aclaremos cómo se usa (bien) el papel de aluminio.

¿De qué lado se usa el papel de aluminio?

Se dice que sólo es seguro utilizar el lado mate para el uso de los alimentos. Pero es falso. Que haya un lado mate y otro brillante es únicamente debido al proceso de fabricación donde un lado queda pulido y el otro no. No hay diferencia con el material, con lo que es igual de seguro por ambos lados.

También se dice que un lado es para mantener los alimentos fríos y otro, para los alimentos calientes. También es falso. Este bulo viene de las sábanas brillantes que se ven en emergencias. Nada que ver con el papel de aluminio de envolver alimentos. Da igual de qué lado lo pongas.

¿El papel de aluminio es peligroso para usar con alimentos?

El aluminio es un metal pesado y, a diferencia de otras sustancias, sí puede provocar efectos en el organismo por acumulación de grandes cantidades. Pero claro, siempre hay que tener claro qué son grandes cantidades.

Al papel de aluminio hay que realizarle ensayos de migración en los que se demuestren las cantidades de metal que pasan al alimento. La cantidad máxima que puede migrar está legislada y no puede superar 1 mg por kilo de alimento. Estos ensayos de migración valen para el papel de aluminio de nuestra casa y también para todos los envases que lleven este recubrimiento.

En ningún caso se superarán esas cantidades a las temperaturas del uso esperado del material y, el uso esperado para este papel también es el horno porque aguanta muy bien las altas temperaturas.

Por otro lado, la EFSA ha recomendado que no se supere la ingesta semanal de 1 mg/kg por persona. Los estudios indican una gran variabilidad en cuanto a las cantidades de aluminio que se adquieren por dieta, agua o envases y es necesario hacer estudios más concretos. También utilizamos aluminio en ollas y sartenes y los ensayos de migración deben garantizar del mismo modo que no se superan cantidades peligrosas.

Cómo usar sin riesgos el papel de aluminio en el horno

Una técnica culinaria para la que se usa este papel es la de papillote. Consiste en colocar alimentos dentro del papel y dejar que se cocinen en su jugo dentro del horno.

Es evidente que por utilizar el método del papillote de vez en cuando, no supone absolutamente ningún riesgo, y va a ser realmente difícil que superemos las cantidades máximas por usar esto alguna vez.

Precauciones en el uso de papel de aluminio

Sí es necesario conocer que los productos muy ácidos pueden hacer que migre un poco más así que, si queremos algo más de precaución, se podría evitar utilizarlo con alimentos ácidos como vinagre (esto vale para las ollas y para el papillote).

Si el alimento es ácido, existen para estas técnicas de cocinado estuches específicos de silicona preparados para que el alimento quede igual sin tener que utilizar el papel de aluminio.

Como veis, el papel de aluminio tiene muchas utilidades y, en las condiciones en las que lo usamos, es seguro. Para lo que no ha demostrado evidencia es para evitar que capten nuestras ondas cerebrales. Otro bulo más.

¿Cuándo se inventó el papel de aluminio?

Algunos lo llaman papel albal, papel de plata o papel de aluminio. Si recorremos un poco su historia, veremos que antes se llamaba papel de estaño… porque era de estaño. No somos muy originales. A finales del siglo XIX se usaban de forma habitual estas hojas de estaño, pero dejaban un sabor extraño en los alimentos. Ahora sabemos que parte de ese estaño migraba a la comida. Actualmente también se utiliza estaño en las latas, pero está recubierto por capas de otros elementos para evitar la migración al alimento.

Fue en 1910 cuando en Suiza la empresa de los hermanos Neher (que ya se dedicaba al tratamiento de aluminio) y Dr. Lauber desplazaron al estaño creando el proceso de laminado de aluminio viendo sus múltiples ventajas, como que es muy maleable y aguanta muy bien el calor.