Pedro Sánchez ha reconocido que en este Consejo Europeo "casar los intereses de 27 países e impulsar el proyecto europeo, con un contribuyente que ha abandonado la Unión era complejo". La propuesta que se ha discutido, tercera que se ha hecho, le ha llevado a decir que no se pueden hacer muchas cosas con menos recursos: "Creemos que las políticas de cohesión son cercanas a los ciudadanos y es lesivo si se reducen".
España ha plateado un impuesto al carbón en frontera para favorecer a la industria propia y el tener más recursos la Unión. Pero después de muchas reuniones y contactos, unos dentro del Consejo y otros en reuniones por grupos, no ha habido acuerdo: "No podemos darnos por satisfechos. El resultado es insuficiente, decepcionante". Ahora Sánchez espera una "propuesta más ambiciosa" para nuevas reuniones las próximas semanas.
Problemas con los 'frugales'
España siempre consideró "muy insuficiente" la última propuesta para el presupuesto europeo que han debatido los líderes de la Unión Europea en la cumbre extraordinaria que se ha celebrado en Bruselas. Fuentes del Ejecutivo han lamentado además el protagonismo "excesivo" que en opinión de España están teniendo los
países autodenominados frugales -Austria, Holanda, Suecia y Dinamarca-, que no se corresponde con su peso de población en la Unión. Sánchez ha contrarrestado los argumentos de estos países con el argumento de que
los que más contribuyen son los que terminan beneficiandose más del mercado único, por lo tanto no tiene razones para quejarse. Y cuanta más cohesión haya, más pueden seguir beneficiándose.
El Gobierno, que asegura que el presidente Pedro Sánchez ha tenido un papel importante en las negociaciones y actúa junto al primer ministro portugués, Antonio Costa, de portavoz no oficial de los países "amigos de la cohesión", considera además que va a haber un rechazo mayoritario a la nueva propuesta, según las mismas fuentes. El nuevo documento técnico, planteado por la Comisión Europea recortaría la dotación prevista en el plan que ha servido de base negociadora hasta el momento, de forma que pasaría del 1,074 % de la renta nacional bruta conjunta al 1,069 %. Para el Gobierno esta propuesta "se aleja mucho" de lo que España considera un presupuesto que cubra las "necesidades mínimas" que Europa necesita, apuntan las mismas fuentes.
