Elecciones
Cómo votar desde la cárcel
Los internos pueden votar por correo y los centros penitenciarios deben garantizarles toda la información.
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Hasta 1995, con el ingreso en prisión se privaba a los condenados de su voto, pero en este año una reforma del Código Penal impidió restringir el derecho de sufragio. Por este motivo, aunque los internos siguen teniendo prohibido el sufragio pasivo, que permite presentarse como candidatos en las listas, sí que pueden votar en las elecciones.
No obstante, en los centros penitenciarios no se constituyen mesas electorales, ya que los presos solamente pueden votar por correo. Aunque en este caso, el procedimiento tiene unas particularidades que lo diferencian del sistema comúnmente conocido.
En el mecanismo por correo al uso, es el ciudadano el que solicita a la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos el voto, bien de forma presencial o telemática. Por contra, en el caso de las cárceles, tras la convocatoria de las elecciones, los directivos de los centros tienen un plazo para solicitar a Correos que su funcionariado lleve los formularios necesarios para realizar las solicitudes. Para poder completarlas, los internos deben mostrar su Documento Nacional de Identidad y, en su defecto, el Documento de Identidad Interior.
La Oficina del Censo Electoral es la encargada de proveer a los centros penitenciarios las papeletas y los sobres electorales acordes a las solicitudes. Y, de nuevo, el personal de Correos es el que se traslada al centro para la recogida de los votos que destinan a la mesa electoral correspondiente en el día de la celebración.
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Baja participación
Desde las cárceles debe garantizarse toda la información necesaria para que los presos que lo deseen sepan cómo pueden ejercer su derecho de sufragio. Tal y como recoge en su procedimiento la Dirección General de Política Interior, "en todos los centros penitenciarios se expondrá ante la población interna las normas electorales que regulan el voto por correo y se organizarán sesiones informativas de explicación y aclaración a los internos del procedimiento de votación". No obstante, los datos conocidos muestran una baja participación electoral de la población interna que se sitúa en tono al 5%.
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