Los japoneses siempre tienen una solución

Ante un problema, siempre hay una solución. Eso debe pensar los japoneses, que agudizan el ingenio ante cualquier inconveniente, por muy problemático que pueda parecer.

Imaginen la situación: una sed terrible, una máquina de refrescos llena de botellas y, de repente ¡un corte de luz!. La máquina se queda sin energía. Por muchas monedas que echemos, no conseguiremos ni una sola bebida.

Pero siempre hay una solución. Y, en este caso, sencilla y accesible. En Japón acaban de presentar una máquina de refrescos que funcionaría sin luz. ¿Y cómo? se preguntarán. Pues con algo tan simple como una manivela.

La máquina lleva incluida una manivela a la que hay que dar vueltas para conseguir la energía suficiente para que la máquina vuelva a funcionar. Hacen falta, eso sí, nada menos que setenta vueltas de manivela. Tras ese esfuerzo, la máquina se recupera y es capaz de ofrecer hasta seis o siete bebidas antes de dejar de funcionar.

Eso sí, si queremos más bebidas...¡hay que darle de nuevo a la manivela!. Al final, las soluciones artesanales funcionan.