Olmedo está encantado con la dimisión de Miguel mientras que el general Baudilio Pereira increpa al teniente, amenazándole con un futuro apocalipsis político en el país. Fernando del Caz, indignado con lo ocurrido, paga la fianza del general y lo saca del calabozo.

La familia Flores, ya instalada en la antigua casa de los Pérez, va a visitar a su nueva patrona para darle las gracias.

Don Diego, el verdadero Marqués de Benamazahara, quiere una compensación monetaria por el uso fraudulento de su título o denunciará a Juan a las autoridades.