Inés acompañará a Mauro a Londres y encuentra, entre los expedientes de Arturo, el telegrama de Mignot con un teléfono apuntado a mano. Guillermo muestra interés por los expedientes de Arturo y espía los movimientos de Inés, que llama al misterioso teléfono, sin éxito. Vicente se ocupará de comprar los billetes y Mauro recurre a Tomás para preparar los detalles del viaje. Mauro se preocupa por su amigo, afectado por el rechazo de Roberta. Emilia siente remordimientos por lo que le está haciendo a su sobrino pero un encuentro con Pía, dispuesta a destruir a Inés, le ayuda a justificarse a sí misma y a darle a Mauro el beso de Judas.

Vicente, impaciente porque detengan a su sobrino, fuerza un encuentro con Martín para alertarlo: su sobrino piensa salir del país.  Bonilla no está dispuesto a seguir escondiéndose, Héctor teme por su vida y recurre a Vallejo que le organiza un encuentro con el comisario corrupto. Manolita ve cumplirse sus temores, cuando Marina empieza a poner mesas en la puerta del ultramarinos. Animada por Felisa, acabará abriéndole los ojos a la malagueña, quien comprende que les está haciendo competencia desleal.