David Mc-Callum tenía 16 años cuando fue declarado culpable, junto a un amigo, del asesinato de un joven de 20. Su compañero, cuya condena también ha sido anulada, murió en la prisión en 2001.
Después de revisar ambos casos, un fiscal del distrito de Brooklyn pidió al juez que anulara ambas condenas por considerar que las confesiones de los acusados eran falsas y contradictorias. Ambos han mantenido siempre que la policía les obligó a firmar una confesión que no concordaba con los hechos.