Alicia y Julio están en peligro: se han acercado demasiado a la verdadera identidad sobre el asesino del cuchillo de oro y éste está dispuesto a hacer lo que sea por evitar que su secreto se rebele.

Por su parte, Ayala está convencido que la persona responsable de la muerte de Beatrizno es el asesino del cuchillo de oro, sino Sofía. Sin embargo, mientras Diego conserve el arma que la implica con esa muerte, nada tienen contra a ella, al menos… de momento.

La que permanece ajena a estos asuntos es Belén, preocupada porque sus cómplices la traicionen y que Diego intente destruirla. Es hora de buscarse un nuevo e inesperado aliado.