Inés descubre que la protagonista del tebeo de Mauro se parece a ella. Carmen está preocupada por Violette. Se siente aliviada cuando la muchacha le confiesa que llevará a su hijo lejos de Madrid.
Montse y Gabriel, después de una noche de amor e insomnio, se despiertan demasiado tarde. La situación se complica cuando aparece Olga y hay que buscar el modo de sacar a Gabriel del Hostal.
Mauro cree que el desánimo de Tomás se curaría con compañía femenina.
Inés y Arturo tratan de reconducir su relación pero resulta difícil, hay una clara frialdad hasta que Inés se emociona escuchando a Arturo alegar que, a pesar de que Cristóbal no quiera seguir con la defensa de su madre, no va a abandonarla.
Gracias a la pericia de Asunción, a Héctor y a un poco de suerte, se logra resolver el caso del retablo robado.