Fortunato, acosado por las pesadillas y la sensación de sentirse cuestionado en el barrio, tiene la idea de ingresar en un sanatorio.
Pelayo imprudentemente, hace un comentario de marcado acento político delante de un desconocido, lo que le generará graves consecuencias.
Juan tiene un arranque de celos a causa de la falda que lleva Clara y arremete contra Lucía por considerarla una mala influencia para su novia.
Víctor no tiene más remedio que tomar una medida desesperada para saldar la deuda que le reclama Tony. Además, el comisario Arratia también acosa a Víctor al verlo hablar con Tony Argenta. El policía cree que ambos están metidos en asuntos terroristas.