Guillermo investiga a su padre y descubre que éste recibe dinero ilícito a cambio de favores. Cuando le acusa de ser un corrupto, el resultado no es el que esperaba. El sargento manda a su hijo a patear el arrollo para no verlo por el cuartel.
Los Montilla esperan preocupados el regreso de Ángel, temían que le hubiese sucedido lo mismo que a David. Pero, al día siguiente, Ángel regresa al hogar después de haber pasado una noche a la intemperie.
Maruxa, avisada por Pepa, regresa a la pensión para sacar a Benigna del pozo anímico en el que se encuentra.