Un convento en Jerez de la Frontera consigue fondos para arreglar la máquina de hostias: "Ha sido una muestra de solidaridad"

El Monasterio de Religiosas Mínimas de Jerez de la Frontera, Cádiz, atraviesa una delicada situación económica. Las religiosas viven de la fabricación de hostias pero desde antes del inicio de la pandemia del coronavirus llevan sin poder ofrecer este servicio.

El problema es que la máquina de producir este tipo de obleas se rompió. Entonces, Carlos Redondo, párroco de la iglesia de San Marcos del municipio jerezano no se lo pensó dos veces y decidió intervenir para encontrar una solución. A través un vídeo solicitó el apoyo de los ciudadanos para ayudar a las monjas.

El vídeo corrió como la pólvora en redes sociales y poco después del anuncio se produjo el milagro. Espejo Público ha entrevistado al párroco que ha confirmado que "casi que 48 horas después se ha logrado el objetivo. Ha sido una muestra de solidaridad enorme porque no es una maquinaria cualquiera". El sacerdote no ha ocultado su alegría porque ha recordado que es el único sustento con el que cuentan las religiosas.

Diego Revuelta ha querido saber algunas curiosidades como por ejemplo por qué a este tipo de pan sin levadura se le denomina hostia. En tono irónico el cura ha reconocido que "es el nombre que tiene, el problema sería porqué a todo lo otro lo llamamos así".

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