Comienza la búsqueda de las niñas desaparecidas en Tenerife con un submarino en el fondo del mar

Esta semana se cumple un mes de la desaparición de las niñas en Tenerife y su padre, Tomás Gimeno. Ahora la esperanza de encontrar cualquier rastro está en el sónar. Con él, podrán rastrear el fondo marino para hallar algún indicio que les conduzca a ellas.

El sónar lleva incorporado una cámara para recoger en imagen el punto exacto que le marque. Se trata de un objeto de alta tecnología que pesa media tonelada y tiene un valor de un millón y medio de euros.

Ese equipo de barrido compuesto por el sónar y el robot submarino van a hacer algo así como una radiografía de los fondos marinos de esta costa. La Guardia Civil centra sus investigaciones en el mar. Los datos que desprenda el sónar pueden ser la clave para despejar muchas incógnitas.

Es precisamente en el mar donde se pierde el rastro del padre de las niñas desaparecidas en Tenerife. Se descarta que el velero encontrado en aguas del Caribe fuera utilizado por Tomás Gimeno. Tampoco hay datos de otras embarcaciones alrededor de la suya cuando zarpó del puerto. Los registros con los perros en la casa de Tomás, no han arrojado nada concluyente, así lo confirmaba su cuñado.

La semana pasada agentes de la Guardia Civil se llevaron en un remolque la embarcación de Tomás Gimeno, padre de Anna y Olivia, para someterla a una nueva revisión, previsiblemente con la ayuda de dos perros adiestrados para hallar restos orgánicos.

En esa embarcación la Guardia Civil halló en un primer registro restos de sangre, que resultaron ser del padre, y se percató de que no llevaba ancla. En el lugar en el que fue hallada la lancha, vacía y a la deriva, los equipos de rescate localizaron flotando en el agua una silla de retención infantil.

La madre de las pequeñas Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife, ha difundido nuevas imágenes. Asegura que no cesará en su empeño por recuperarlas y que las niñas son ya "un icono en la lucha contra las injusticias".