Estados Unidos
Revocan la libertad condicional a un asesino en serie que violó, mató y practicó canibalismo con su pareja
San Soucie estranguló a Jennifer hasta la muerte, posteriormente abusó sexualmente de su cadáver, y finalmente cortó trozos de carne de las nalgas de la víctima, los cocinó y los comió.
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El caso de Steven Thomas San Soucie sigue provocando conmoción en Estados Unidos cuatro décadas después. En marzo de 2024, la Junta de Libertad Condicional del Estado de California aprobó su puesta en libertad.
En febrero de 1984, San Soucie, que entonces tenía 20 años, asesinó, violó y mutiló a su novia de 21 años, Jennifer Lee Tchir, en su apartamento en Fullerton, en el condado de Orange, California. El crimen, de una violencia extrema, fue calificado por las autoridades como uno de los más perturbadores que se recuerdan en la región.
Sin embargo, las autoridades consideraron que San Soucie había mostrado signos de rehabilitación y remarcaron su participación en programas penitenciarios y que no suponía un riesgo evidente de reincidencia.
Esta decisión ha desatado una oleada de protestas, tanto por parte de la familia de la víctima como de colectivos sociales. "Nunca ha mostrado verdadero arrepentimiento. Mi hermana no puede hablar, pero nosotros sí. Y no vamos a dejar que vuelva a caminar libre por la calle", declaró un familiar de la víctima tras conocer la decisión inicial.
La presión pública no tardó en trasladarse al plano político. El gobernador del estado, Gavin Newsom, decidió revisar personalmente el caso, tal y como permite la legislación de California en determinados crímenes con repercusión pública.
Tras examinar los antecedentes y recibir los informes del caso, remitió el expediente a la Junta de Revisión de Libertad Condicional, un órgano superior formado por magistrados y expertos designados por el Ejecutivo estatal.
La Junta concluye que sigue siendo un peligro para la sociedad
La revisión concluyó en junio de 2025 con una resolución tajante: San Soucie sigue siendo una amenaza pública y no está rehabilitado, por lo que la libertad condicional ha sido revocada. En su argumentación, la Junta señaló que, a pesar de la participación del recluso en programas penitenciarios, su comprensión del daño causado y su conexión emocional con el crimen siguen siendo superficiales o inexistentes.
Además, destacaron que el crimen cometido supera los límites habituales del delito por su carácter sexual, ritualizado y caníbal, lo cual lo sitúa en una categoría de violencia extrema que requiere una vigilancia permanente.
Con la revocación formalizada, San Soucie permanecerá en una prisión estatal sin fecha prevista para una nueva revisión. En teoría, podría volver a solicitar una nueva audiencia de libertad condicional en un plazo de entre tres y 15 años, pero su historial y la contundencia de la resolución actual hacen que la probabilidad de éxito sea escasa a corto plazo.
El asesinato
Según los informes policiales y judiciales, San Soucie estranguló a Jennifer hasta la muerte, posteriormente abusó sexualmente de su cadáver, y finalmente cortó trozos de carne de las nalgas de la víctima, los cocinó y los comió. Confesó el crimen poco después de su detención, alegando una mezcla de impulsos sexuales violentos, enfermedades mentales no tratadas y pensamientos obsesivos que, según él, llevaba años desarrollando.
Durante el juicio, San Soucie se declaró culpable de asesinatoen segundo grado, y fue condenado a una pena de entre 15 años y cadena perpetua, con la posibilidad de solicitar la libertad condicional tras cumplir el mínimo de su condena. Desde entonces, ha pasado más de 39 años en prisión.
El perfil psicológico de San Soucie
Según los informes periciales recogidos durante su juicio y posteriores audiencias, San Soucie mostraba signos claros de trastornos mentales, impulsos sexuales desviados y una fijación por la violencia. En el momento del crimen, ya había desarrollado fantasías violentas que implicaban la muerte de personas cercanas, incluidas antiguas parejas.
Durante su estancia en prisión, ha recibido tratamiento psicológico, pero las evaluaciones recientes siguen mostrando rasgos de desconexión emocional con sus actos, algo que la Junta consideró incompatible con una vida en libertad.
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